7 d’octubre del 2007

El nacimiento de la luz VI

LA CRISTALIZACIÓN

Llegaron en pleno amanecer, los soles todavía no se veían, pero ya despuntaba su color amarillento aclarando la las llanuras de Avalón. Gwen ya estaba despierta, pero muy aturdida. Dirk ayudó a su Jenny a salir del transporte y la llevó hacía l’entrada de la Iglesia, allí llamaron varias veces esperando la salida del doctor.

Derry abrió la puerta clamando tranquilidad, que era ese escándalo?, no hubo terminado la frase, cuando se dio cuenta de la situación y los hizo pasar rápidamente. Walter, el robot, se encargó de todo, de las heridas de la pequeña alumna, del desayuno e incluso alguna otra orden que le había dado el profesor.

Gwen empezaba a mejorar a medida que avanzaba el día. A pesar de todo lo ocurrido la emoción le invadía todo el cuerpo cada vez que pensaba en ello. Ahora sabía que su elección de ser ecóloga era la correcta, le gustaba aquello e iba a vivirlo a fondo. Tan pausadamente como pudo fue contando toda la historia a Derrick. Sin dejarse ningún detalle, todo era importante, cualquiera de las pequeñeces era digna de ser contada.

Al cabo de un rato Dirk sacó el frasco donde había guardado a la mariposa. Entonces su Jenny se sobresaltó al ver que el animal no se movía. Le pareció que estaba muerto. Y así lo confirmó Derry. Pero este aclaró que no era una muerte del todo, sino que había empezado la mutación, su proceso de cristalización, y que eso se debía al contacto con el agua del pequeño lago del monte que acababan de regresar.

Gwen estaba un poco decepcionada, o más bien afligida por la muerte del insecto, pero muy interesada y fascinada por el procesa que estaba teniendo lugar delante de su atenta mirada.

El Doctor Derrick les aconsejó que se fueran a sus residencias a dormir un poco, y él controlaría toda la evolución, ya que esta duraba dos días y sólo había pasado casi uno, así que acordaron verse el día siguiente por la tarde. Entonces Gwen y Dirk se fueron a sus respectivas estancias estudiantiles a descansar del fantástico y agotador viaje, toda una aventura como calificó su querida Jenny.

La tarde del día siguiente se presentaron en casa del profesor, muy intrigados y antes de tiempo. Tenían unas ganas enormes de ver al insecto. Derrick les mostró el envase dónde estava la cristalina. Pero ahí no había ningún animal, sólo una hermosa joya del tamanyo de un pedrusco, era una joya preciosa Gwen se quedó muda, cuando de repente Dirk abrió el frasco, sacó la brillante piedra y se la entregó a su Jenny diciéndole que algún día serviría de recipiente de una joya susurrante, de su joya susurrante, la que contendría sus promesas de amor eterno. A Gwen le saltó un lágrima y se abrazó carinyosamente a Dirk. Después este besó a su Jenny tiernamente, como Lancelot haría con su Ginebra. Derry se esfumó silenciosamente dejando que la pareja disfrutará de su momento, de sus caricias y sus besos, en definitiva gozando del amor que se daban.

El tiempo y el destino serán los encargados de susurrar el futuro de la joya.

Fi.